Siempre hay quien piensa que las relaciones de amistad, a diferencia de las relaciones "amorosas" o "de pareja", son menos difíciles; incluso hay quien piensa que es precisamente esta diferencia la que hace de una relación de amistad algo agradable; tambien hay quien piensa que es ese fluir natural y sencillo lo que hace de la amistad algo noble. Mi idea de la amistad no està estrechamente ligada a la de una tarea fàcil, agradable o espontánea.
Con mi amigo a menudo nos veíamos envueltos en situaciones violentas, en las que, seguramente por el hecho de estar con él, yo no me encontraba incómodo; más bien todo lo contrario. Y nada tenía que ver que él me infundiera seguridad; no, él hacia su papel y yo el mio, como dos partes de una misma consciencia; la mia no era, en absoluto la buena, como mucho la más sensata. Yo aceptaba el papel de moderador con el objetivo de colarme en la función. Función donde yo participaba sin correr el riesgo físico del protagonista. Una actitud poco digna la mia;esto solo puedo reconocerlo como una debilidad. Cuando yo saltaba a escena, i el motivo era una inminente agresión, yo no estaba exento de peligro y debía improvisar respuestas hàbiles ante preguntas como "¿tu tambien quieres ostias? ¿O què?" (el "o què" este denotaba, tambien la improvisación de la otra parte). Ese era mi momento, ahora era yo el protagonista, ahí llegaba mi baño de gloria, de vanidad. Entonces mi amigo se echaba a un lado y decía, para sus adentros pero con una visible sonrisa: "venga Díaz, yo voy a buscar asiento ahora" (los amigos a menudo se llaman por el apellido). El caracter creativo, más que violento, de mi amigo quedaba patente cuando sus insultos no pretendían serlo y solo buscaban la provocación; así se dirigia directamente a un hombre diciendole :"tu eres una sardina" o "sardinilla" y a las mujeres "tu eres una tomatera" el "tu eres" le daba una forma demasiado mecánica a la provocación, algo que nadie parecia advertir. Otras veces, con dramática plasticidad, se sacaba discretamente el flacido pene; lo solia hacer en la pista de baile. Lo hacía de manera muy disimulada, aunque el dijera: "ahora lo único que me apetece es sacarme la polla"; decirle "polla" al pene no encajaba en el espectáculo, ya que no lo hacía como un acto exhibicionista, sino más bien todo lo contrario. Se sacaba el pequeño pene por la bragueta del pantalón y seguia bailando con el mismo poco interés que cuando lo tenía guardado tras la cremallera. No hacia ostentación de su miembro. Ni siquiera pretendia enseñarlo; si alguien de los que lo veian hubiera sido sensato no lo habría podido entender sino como un gesto terriblemente dramàtico. Lamentablemente esto no ocurría así y siempre acababamos en la calle. En estos casos, el que ejercia de solidario no merecia mejor suerte y tampoco nadie queria compartir su espacio conmigo.
Empezaba a amanecer, llevaba yo mi AX, ibamos un poco "entonaos". El siempre decia que admiraba mi gusto por la poesía y esas cosas, pero lo que más le divertia era cuando yo le explicaba mis fantasias sexuales, reia hasta no poder más y a mi eso me alagaba y tambien me divertía (no se por qué). Cuando le dejé en casa me invitó a pasar. "No te acerques al perro, està loco perdio" me dijo (llamo al perro por su nombre, pero ahora no quiero acordarme) mientras este ladraba enloquecido. No. Lo del perro tampoco podia ser. Me acerqué al perro y empecé a acariciarlo, mi amigo me miró en silencio. En silencio los tres. Rompió el silencio para decirme "vamos a buscar al gallo" mientras desataba al perro. Nos fuimos hacia el pequeño gallinero y nos metimos los tres dentro. Aquello parecía un gallinero, ahora entiendo la expresión. Las gallinas abandonaban sus huevos, el los cogia y se los daba al perro...como recompensa. "Busca al gallo" le decia. El perro lo miraba y esperaba otro huevo. "¡Busca al gallo!" Entre aquel alboroto pude escuchar a mi amigo murmurar: "anda que el hijoputa el gallo defiende a las gallinas"...
No dejo de sorprenderme la facilidad con que se encuentra en internet lo que buscas. Aquí la Niña de La Puebla, para mi amigo.
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