dimarts, 10 de desembre del 2013

El timbre

    Bueno... Por donde empezamos hoy a hablar del timbre... En los pensamientos kafkianos, como en la misma historia de Sísifo, poco importa por donde comencemos. !Ala! ¡Voilà!: por aquí lo cojo... ¡Discépolo! Tiene nombre de escritor de la antigua grecia y queda fino.
    Enrique Santos Díscépolo Deluchi. Llamado tambien Discepolín --haber llamado Platonín a Platón no habría sido una cagada mayor--. Este escritor, dramaturgo y cineasta bonaerense (de Buenos Aires) , archiconocido en Argentina, fue el creador del famoso tango Yira Yira. En este tango, escrito en 1929, ya encontramos referencias al timbre eléctrico: "Cuando estén secas las pilas de todos los timbres que vos apretàs...". Deben haber más canciones donde se haga alusión al timbre, pero yo creo que esta es la más antigua que se haya registrado. Imagino que entonces parecería una frivolidad utilizar términos tan modernos en una canción claramente dramàtica; podría haber utilizado "picaporte", que queda más clàsico; pero no, Buenos Aires, una ciudad moderna, ya conocía los timbres a pilas. Y... ¿No habría ningún timbre que no tuviese las pilas secas? Solo se me ocurre pensar que la mayoría de gente, por puro snobismo se compraba lo último en timbres y luego, despues de haber presumido , ya se olvidaban de su mantenimiento; "que llamen con la mano como se ha hecho siempre", pero tambien: "compra pilas para el timbre que hoy viene el gabión (novio en lunfardo) de la nena, que vea con quien està tratando...". Pero para ser honestos con Discèpolo hay que admitir que hace  una bonita hipérbole: llamar a todos los timbres hasta secar todas sus pilas. Ya no se hacen letras así... No sé... "llamar a todos los mòviles hasta agotar todas las baterías" no sería interpretado por nadie como "pedir ayuda hasta la extenuación", sino más bien como un vulgar acto de sabotage informàtico.
    "Utilicen las escaleras, en lugar del ascensor, que va bien para la salud" ."Utilicen el timbre, en lugar del mòbil, que va bien..." Bien, ¿para què? Pues no sé, como no sea para la nostalgia.
    Una inocentada, que parecía ser muy desagradable, era cuando  los niños apretaban el botón del timbre y salían corriendo. Una broma difícil de entender ya por entonces, que parecia poner de muy mal humor a los que eran objeto de élla. Por eso si yo la recibía alguna vez, tambien simulaba enrabiarme; sospecho que havia una complicidad con el único fin de mantener una tradición. Luego la broma evolucionó hasta llegar a introducir un palillo en el pulsador, de manera que estuviese sonando indefinidamente; esta última por su caracter beligerante se daba más entre vecinos ya adultos. Como vemos, los niños no eran siempre los autores de las bromas, aunque la altura donde antiguamente se situaban los pulsadores estubiese pensada para que ellos no pudiesen acceder; ahora recuerdo cómo para alcanzar el timbre de mi tia, debia enrollar el felpudo para poder subirme sobre él.
    Cuando llamaban al timbre tenia un significado: alguien, posiblemente desconocido, requería la atención del que lo oía, pero principalmente de la madre del que lo oía. Las casas, llenas de niños,  --¿y por què llenas de niños?  se preguntará todavía algún despistado-- eran gobernadas por la madre (ama de casa) y la consigna era muy clara: "si vienen vendiendo: que no està tu madre"; "pero ¿como no va a estar tu madre, chiquillo? Os ha dejado solos...a la Policía va... abandono del hogar..." Sería una respuesta "sensata" hoy día. Tan clara era la consigna que --no sé si se darà en otras ciudades--,  en Mollet hay un barrio que se llama "el Barrio sin Madre", debido a lo usada que era la frase; todavía el nombre  desmoraliza a los vendedores ambulantes. Era tal la contundencia de la frase que aún hoy creo que sería lícito utilizarla, indiferentemente de la edad que uno tenga. "No està mi madre" debería tener un significado inapelable. Que hay reunión de vecinos "no està mi madre". Que le ha llegado una citación del juzgado, "no està mi madre". Que "truco o trato",  "¡malditos yanquis!, no està mi madre", Que "esto parece una multa, firme aquí..." Uhumm... "no esta mi madre". Que "¿no tendrías una tacita de sal?"...No... Esto ya no pasa...
    El timbre... La fàbrica de moneda y timbre; mirar si eran importantes los timbres, hoy ya casi en desuso. Pero a mi, como a Díscèpolo, siempre se me cruzan en momentos trascendentes. Por eso y cuando pienso que el momento lo merece, me hacerco a casa de un amigo al que hace tiempo que no veo y, sin avisarlo --no se trata de una broma que requiera de su complicidad--, me presento delante de su puerta a una hora intespestiva y, tomàndome mi tiempo toco con suavidad el pulsador, luego otra vez, dulcemente; y despues espero...Espero, serenamente, porque ya no procede hacer nada más...

¡El maestro Discèpolo!
 

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