dissabte, 14 de desembre del 2013

La Mobylette

   Aquella tonalidad de azul turquesa debía estar de moda. La puerta de la calle, con una tremenda grieta que nos permitia meter el brazo y alcanzar la cerradura, y así ahorrarnos tener que llamar; la cocina, paredes y techo, donde quedaran estampadas las lentejas que mi ajetreada, impaciente y joven madre hiciera salir disparadas de la violada olla a presión... ; todo era del mismo color, menos la Mobylette. Tenía la moto un depòsito cromado y, quizàs por el contraste con él, el color anaranjado pàlido   --tirando a marrón-- del chasis diera la impresión de ser de un mate con el que te pudieses lijar las uñas --esto lo pienso ahora, entonces no sabía que alguien pudiera hacerse la manicura.
    La moto era el vehiculo familiar; en casa éramos solo cuatro. Las familias de hasta cinco podían usar tranquilamente la Vespa: dos niños en el pasillo (la Vespa tiene pasillo) con cuidado de no pisar el freno, la mujer detràs (con pañuelo a modo de casco) sentada lateralmente y con el tercer niño sentado en la falda --para que ponerse pantalón si podia sentarse lateralmente--, en medio y a los mandos --arropado por la agradecida prole-- se sentaba el "responsable" o cabeza de familia; como a la madre le solia quedar una mano libre --normalmente la izquierda si era diestra-- podía, facilmente  cargar con una bolsa o pañuelo donde iban los utensilios para el pícnic --utilizo esta palabra para abreviar, no porque, ni mucho menos, sea la adecuada--; la mochila era un modernismo, que no acababa de cuajar y que, además, no estaba demasiado bien visto, quizas por el hecho de hacerle parecer a uno chepado, pero principalmente porque hacía de "flojo" usarla; otra cosa totalmente impensable era usarla llevando falda.
    Otros, afortunados tambien, tenían una Derby Paleta con potaequipajes, éste no era otra cosa que una sofisticada mochila, normalmente de sobria piel negra, que se colocaba sobre el depósito; era de  tamaño "folio" pero gruesa, de manera que permitia meter el desayuno y una "rebequilla". Todas estas "mochilas de depósito" tenian la particularidad de estar equipadas con un portafolios transparente, donde se solía poner (siempre) la foto a tamaño DINA-4 de una virgen (de las de procesión); el icono eclipsaba cualquier detalle estético que pudiere tener la Derby y, para mi gusto, su presencia era excesiva. No se entendía una Derby Paleta sin su virgen --ahora pienso que quizás se tratase de la patrona de los albañiles.
   Un accesorio que tambien solian llevar muchas motos, sin estar relacionado con una marca en concreto, era el carro. El carro hacia de la moto un elemento de transporte muy versàtil. Se ataba, normalmente con una cuerda de rafia, a alguna parte solida del chasis --o a la matrícula o al guardabarros si éstos podían cosiderarse sólidos--. Estaba pensado para llevar mercancías, pero era igualmente útil para el transporte de ganado o niños --quizás aquí niños esté fuera de contexto--. Ahora recuerdo que el "Calvo con Melena" lo usaba para llevar la comida a los cerdos. Cuando el producto que se debía llevar era poco consistente, el carro se podía adaptar con cartones y plàsticos; lo que aumentaba claramente la versatilidad del vehiculo articulado.
    Con la Mobylete no podíamos ir de pícnic, para ello utilizábamos el autobus de línea. La moto, principalmente, la usaban mis padres para ir a trabajar y llevar a los niños al colegio. Luego, conforme se fueron endureciendo las normas de seguridad. Los niños tubieron que empezar a ir al colegio andando con el consiguiente riesgo que eso entrañaba. Sin ir más lejos: Yendo mi hermana y yo al colegio nos atropello --el golpe se lo llevó mi hermana, por ser la más lenta-- una Mobylette, conducida por una chica con coleta,  en la bifurcación de la plaza Constitució que da a la calle Torres i Bages, donde ahora hay un paso de cebra. A mi hermana nunca le han gustado las motos; anteriormente a este suceso mi madre ya se había caido con la Mobylette (detrás del un autobus) llevándola a ella a Las Monjas; por entonces mi madre ya iba siempre "como un cohete". Mi padre llevaba la moto con más seguridad, no por su condición sexual, sino más bien porque no iba tan estresado y se podía recrear en la conducción. Mi made llevaba a mi hermana, sentada detrás y mi padre me llevaba a mi sentado delante --a veces llevando los mandos--, era lo clàsico.
    Una mañana de invierno, llevándome mi padre en moto a la guardería, el frio viento me levanto la bata y pude verme los calzoncillos:
--Papa no llevo pantalones.
--¡Anda que tu madre! Ya se lo diré luego...
    Aquella mañana me la pasé tirando de la corta bata lo que no evitó que algunos niños me vieran "las bragas" --según ellos--. Era el inconveniente que tenía la tradición en los niños de llevar durante todo el año  pantalones cortos... Pero ese es otro tema... Ver moto del viejo


   

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