dilluns, 2 de desembre del 2013

La Náusea, de Machín.

Antonio Machín me evoca a mi padre, de joven, afeitándose. De la misma manera que cuando paso con la bicicleta, exhausto de cansancio, por un paraje concreto de Montornes, me viene a la cabeza un espectàculo circense de enanos; sucede casi siempre, que antes de llegar a este punto pienso, mientras aumento la cadencia de las pedaladas, ahora viene la subidita de los enanos. Es como una sensación gustativa, como cuando un sabor, o un olor, te trae a la memoria una escena, una imagen u otra sensación que, por su recòndita ubicación en la memoria, casi siempre nos parece alejada en el tiempo. Todo esto, claro, son divagaciones. Yo tampoco tengo ni idea de como funciona el cerebro, o la pituitaria. Pero me da a mi en la nariz que esta sensación no es casual. Si no por què se me representan a mi los enanos, antes de la cuesta, como un gusto en la boca. ¿Se trata de una reacción quimica que ocurre en mi cerebro producto del cansancio?...No, no... ¿Y cuando escucho a Machín? Tambien entonces hay olores asociados, aunque la imagen de mi padre afeitàndose (de joven) quizas està más asociada a una textura, que no a un sabor; pero éste, sabor u olor, tambien està presente.
Quiero creer--no se si por una especie de absurda reveldia o por una intención de despellejamiento (lo siento pero esta es la palabra que debía poner) de la belleza o enaltecimiento del escepticismo-- que se trata del mismo mecanismo. La relación entre A. Machin y mi padre puede resultar estéticamente bella y moralmente humana, pero ¿què pintan los enanos en mi boca a la entrada de esa curva empinada y polvorienta? ¿Son producto del mismo mecanismo mental? ¿Simples resortes? (Me encanta la palabra "resorte").
Hace unos instantes, i como no podía ser de otra manera, he subido a la biblioteca a buscar la Nàusea (de Machín), quería ver el nombre del protagonista (Antoine Roquentin), podia haberlo buscado en Google pero queria ver el libro. Tiene las pàginas amarillentas, despues de 30 años es normal. Siempre solia poner la fecha en los libros que leia, pero en este, en un gesto infantil de emular al autor, puse en la primera pàgina "sin fecha". Lo he ojeado buscando la  escena de cuando coge la piedra con los dedos  y se percata de "su existencia". Intentaba buscar cuando, al mismo tiempo que cogia la piedra, Roquentin sentia en la boca su gusto terroso. Pero no... no he lo encontrado (voy a mirar de nuevo). Nada. Posiblemente sea fruto de mi imaginación o posiblemente se trate de un pasaje que no esté en el inicio de la novela, como yo creia. La cuestión es que durante muchos años he creido, y ahora no voy a dejar de hacerlo, que la pituitaria y el existencialismo estaban estrechamente ligados. Este hecho daria respuesta al misterio de porqué nace la consciencia de la propia existencia en el paso del mono al hombre, cuando no hay ningún factor de selección natural que influya. A la pregunta: ¿Por què existe esta consciencia si no es necesaria para la vida? La respuesta sería:  Simplemente se trata de un efecto accidental de la piruitaria. He ahí toda la existencia. Y he ahí igualmente el porque del tamaño de mi nariz. Bueno... Ahora como siempre la canción. Hoy: "mi padre afeitándose" (con aquellas cuchillas antiguas). Se recomienda escucharla saboreando un caramelo de mentol.

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