No es la tónica de este bloc el comentar temas de actualidad, pero es que este llama a la puerta de las reflexiones kafkianas con insistencia. Venga pasa...
Tener una biblioteca en casa siempre a sonado pretencioso, de "marqués", como tener despacho. "Maamaa!! el perro se ha cagao en el despacho del papa (papa sin acento) ". No no... No quería hablar de esto... Ahora podemos meter 3000 libros en un DVD. ¿Para què quiero yo semejante cantidad de libros? Yo soy muy lento leyendo; tengo poquitos y de pocos autores. Voy --prosigamos-- a la estantería de los libros y cojo "El proceso", la poco popular (aunque conocida por todos) novela de K.. Necesito coger el libro, sopesarlo, ponderarlo...ver como està de amarillo, olerlo... cuando lo abro me apetecería hasta poner mi lengua sobre esa manchita de ¿sangre? que encuentro en la entrada del primer capítulo: "Arresto. Conversación con la señora Grubach. Despues la señorita Bürstner". Ya el título del capítulo nos hace presagiar que la novela será densa (más que espesa). Creo, honestamente, que hay que tener ganas para leer El proceso; si más no, hay que tener inquietud para hacerlo. En mi caso tuve claro que lo había de hacer antes de irme a la mili; no sé, pero intuía que allí me sería útil. Recuerdo que cuando leí el libro, este era todo un referente, hasta el punto que era considerado por algunos intelectuales como "la mejor novela del siglo XX". Ahora mirando en la Wikipedia encuentro una descripción casi "por compromiso". En la Vikipèdia (en catalàn) encuentro, inesperadamente, una descripción todavía más pobre, casi patética --lo que hace que mi ansia "separatista" se enfrie sensiblemente--. Una novela del siglo pasado que supo avanzarse a su tiempo... Pero el tiempo es más listo y ahora es él , que en la última curva la adelanta de una manera humillante, y la relega al olvido. "La historia nos sirve para conocer el pasado y evitar errores futuros". Yo ahora recuerdo la frase --y de paso agradezco a TV3 la emisión de Rubianes Solamente"-- ":¡¡Iros a tomar por el culo, hijos de la gran puta!!". Solo reproduzco las palabra del maestro...
Siempre quise ver en El Proceso una novela preciosista, verla de otra manera siempre me pareció demasiado doloroso. Me gustaría, (Clicar aquí, no hace falta leerlo todo) cagarme en Max Brod (supuesto amigo de Kafka) que traicionando sus testamentos hizo caso omiso y no destruyo su obra.
Hoy , despues de mirar la tele y ver a aquellas personas moviendose dentro, me gustaría resaltar la figura del fiscal ...(voy a preguntarle el nombre, que posiblemente esté dentro todavía) del fiscal Horrach por la antítesis tan acertada que està preparando de esta caduca novela y a la que hace alusión el título de la entrada "El proceso de la infanta". Parece ser que se trata de una novela moderna (no como el clásico proceso que debe andar por los 100 años) aunque salen princesas y reyes. Curiosamente el "fiscal Hasterer" es un capítulo de El proceso que K. no acabó.
¡¡Horrach!!, ¿estás ahí? Mi tele es de las antiguas (de las culonas), un poco acurrucado pero el señor fiscal dormirá como un rey dentro, ademas mantiene el calor. Lo escucho teclear su novela, escribe con una Olivetti antigua. Si es que es un romántico... Clicar para ver bloc del el Jueves
A los que me aprecian y leyendo mis posts pudieran sacar alguna conclusión sobre mi salud mental, no quisiera preocuparlos diciéndoles que finalmente he empezado a sacar el polvo de los muebles. Si no fuera porque nunca me propuse no hacerlo, quizàs sería mejor sentenciar: he acabado sacando el polvo a los muebles; como si tirara la toalla y la cambiase por un trapo de algodón, de los que no dejan pelusa. Aunque no tengo tan claro que no se trate de una abdicación en toda regla. Creo que esa conjetura esconde un gran dilema...
Por supuesto, las cosas no son tan sencillas. Empieza limpiando el polvo... !Ya! Y ahora, mientras frotas (¿se dice frotar?) te planteas la utilidad de hacerlo. "El buen sociólogo piensa audazmente pelo actua con plecaución", que diría el maestro del Pequeño Saltamontes. Yo soy un Librepensador, y estos no limpian el polvo. Aunque nunca me propuse ni ser una cosa ni dejar de hacer la otra.
Avisamos: no abandonaremos el dilema hasta darlo por resuelto; no aceptaremos ninguna intromisión; nos referimos a intromisiones del tipo: "Ui que pestazo que echa el tiparraco ese"... Que a priori pueden parecer argumentaciones muy lògicas y serias, pero que no dejan de ser claros dogmas que no tienen cabida en esta pàgina de reflexiones. Aquí se puede cuestionar cualquier cosa (menos el Holocausto, pues es delito hacerlo). "Hombre... Si hasta nos estamos cuestionando si limpiar o no el polvo..."--diria una maruja ahora--. Sí "¡Maruja!" ¿Què pasa? "¡Y tu guarro!" "¡Y tu puta!" "Pero mi coño lo difruta..."
Pretendemos resolver un dilema, para ello lo menos adecuado es una reunion comunitaria. La democracia està muy bien, pero para resolver dilemas mejor hacerlo solo. Sabida es por todos la tendencia al onanismo que tienen todos los librepensadores. (yo no soy librepensador "puro"). Pero este no es un blog filosófico ni nada de eso. ¿Cómo metemos aquí la resolución de un dilema? Fàcil...Por soleas.
Vamo ayà Camarón...
Mi amigo Juan había probado, algunas veces con èxito, hacer una hamburguesa con una plancha, una plancha de la ropa, claro, hacerlo con una plancha para asar no se consideraría una "prueba", sería un puro tràmite, una rutina. ¡ Oh... Triste rutina la de la hamburguesera (mujer que hace hamburguesas), todo el día dándole vueltas a la...¿carne?... , como Sísifo a su piedra...! Mi amigo Juan es que no tenia cocina. Luego la mujer le obligó a poner una; suele pasar... Como las baldosas del baño..No sabes por què pero cuando entras en un piso nuevo es lo primero que hay que hacer: cambiar las baldosas del baño. Y mi amigo Juan, allà que puso la cocina. Su mujer miro la plancha (de la ropa, que mi amigo hacía servir para hacer las hamburguesas) y, sin el menor tacto, le dijo "¿Què mierda es esto?" . Reconozcamos que eso dicho al revés se hubiese considerado "violencia de género". Las cosas son como son, y algunas no hay que planteárselas. Un hombre en una cocina debe ser un "cocinillas". Cualquier intento innovador serà clasificado, de entrada, como el subproducto de una especie exòtica, fuera de su hábitat. No es casualidad que la palabra "cocinillas" nos evoque otras como:"chinchilla". Una chinchilla, en una jaula, puede tener comportamientos delirantes. ¿Se podría interpretar de otra manera el comportamiento de Juan planchando un bistec ruso?
Mi amigo Juan puso una chimenea, que le gustaba más que la cocina, Ahí habíamos hecho una tortilla de champiñones en papel Albal (si te la hacen los del Bulli es una creación sin precedentes) porque no tenia sartén. Pero llegó su mujer y dijo, de una manera muy directa pero al mismo tiempo muy retorcida:
--¿Quienes os pensais que sois? Las mujeres hemos estado en la cocina cientos de años y ahora vais a venir a inventar la sopa de ajo sin ajo... Si quereis volar tiraos por la ventana... ¡Ah, y tu ... Ponte el mandil!...
Un hombre con delantal... me recuerda a esos perrillos de lanas, a los que sus dueñas hacen un bonito "moño" teñido de rosa. "Pero si esto es un perro de caza". "Anda... anda.. de caza..."-- Dicen dando a entender que citan un pasaje bíblico.
Bueno, no sé si podemos dar por zanjado el asunto. Si ustedes creen que no, siempre se pueden poner en contacto con mi amigo Juan. Me han dicho que ahora anda por Londres. Le voy a colgar un tema que seguro le gusta. Háganselo llegar, por favor. Un tio en Londres al que le gusta Emilio el Moro.(no tiene pérdida) ¡Vamo maestro!
Siempre que hablábamos sobre Bambino, la conversación acababa en discusión. Que si es el autor de Corazón Loco, que no que es Machín..., que si de dos gardenias... Que si era único... Que si no tenía pureza... Que si era comercial... Bambino... Lo que si pudimos comprobar es que te abre puertas si vas al concurso de cante flamenco de la Mina, en Barcelona. Clicar para ver
Acaba de tocar El Capullo ahora suena la Chiqui de Jerez: "Me lo como to... Me lo como to..." Le dices a un gitano "me gusta Bambino" mientras estás meando en los setos de al lado del columpio, y ya te lian... "Este no es madero". Se busca madero al que le guste Bambino. No es fàcil ganarse la confianza de un gitano --es imposible-- , pero le dices medio colocao "me gusta Bambino" y ya te has metido en su casa; en la casa de un gitano, con sus gruesas paredes y su puerta blindada.
Entras detràs de él, andando con mucha indecisión. "¿Eres cojo?"--, te pregunta, girándose lo indispensable para cercionarse que no te falta ninguna pierna--. Esperas sus instrucciones "pasa...siéntate..." pero esto no sucede. No te presentan, nadie te saluda. Te sientas en la silla de la pared, junto a la puerta, de manera que cuando los niños pasan te rozan o te golpean ligeramente; ahí te sientes seguro, es un lugar de paso, no puede ser el destino de nadie que entre en la casa. Estas pensando en la silla; es lo que toca. No es de enea, como cabría pensar, no. Es de hierro, dura y fria; no es una silla que participe en la vida de los que allí viven. Te sientes (porque te sientas) en el lugar correcto y eso te da ànimo, pero no el suficiente como para iniciar una conversación. Esperarías que te pusieran un taburete delante, con una lata de berberechos, una bolsa de patatas fritas y un vermut sin hielo, a palo seco; pero esto tampoco sucede, es un lugar de paso; allí reina el desorden, pero nadie pondría una "mesa" en un lugar de paso. Piensas que utilizarías el taburete a modo de caja, golpeando su borde enérgicamente; seis o siete toques para no llamar demasiado la atención. Entonces te golpeas los muslos con soltura, sonoramente; nadie te mira: bien. Ya estàs cómodo... Ahí està el plato de patatas fritas, y hay olivas también; no han puesto palillos para los berberechos --para què--. Ahora ya no piensas en la silla, sinó en la textura y sabor de las patatas, conoces el sabor de las patatas remanias, pero en esas encuentras algo totalmente nuevo, turbador. No...No estas aquí para descubrir cosas nuevas. Piensas en coger olivas, con los dedos, de una en una; no las coges para comer --por otro lado no sabrías que hacer con el hueso--, simplemente para liberarlas momentáneamente del plato. Toda la superfície esférica de la aceituna debe recibir la luz, pero principalmente el aire. Las aceitunas piden aire. "¿Què haces?-- me pregunta el gitano--. "Les doy aire a las olivas"--digo--. El gitano entonces rie y el patriarca, que està sentado en el sofà con el bastón entre las rodillas, lo levanta y da un sonoro golpe, mientras sonrie; el golpe casi que da a su sonrisa el caracter de una sonora carcajada. "Al payo le gusta Bambino, papa..". "Y las aceitunas" --sentencia el patriarca--. La oronda y morena gitana, vestida de negro y con una criatura en brazos, se percata entonces de mi discreta presencia. Como hace una mueca de desprecio, yo intento explicarle lo dramàtico de la zona de la oliva que està en contacto con el plato, y la urgencia de liberar la elíptica superficie. La mueca de desprecio se convierte, automàticamente, en una total y reconfortante --para mi-- indiferencia. El niño que sostiene me hace saber, con su sonrisa, que el tono de mi explicación ha sido agradable. Como el momento me parece bueno empiezo de nuevo a golpearme sonorament los muslos. El ruido cobra demasiada presencia, por lo que el gitano lo suaviza tocando flojito las palmas y riendo. "Llévate a este tio de aquí que voy a ver la tele" --dice el patriarca-- Ahora me levanto y para despedirme intento dar las buenas noches, pero sin encontrar las palabras adecuadas; tengo la sensación de que ninguna serà la idònea. Pienso que la situación merece la perfección, porque mis palabras no serán, en absoluto interpretadas, y quedarán suspendidas en el aire como abstraidas de la realidad, como una obra "concreta", como la aceituna que intentaba hacer flotar en la atmósfera de la habitación. Solo ahí y en ese momento, en ese ambiente "ingrávido" se podría colgar cualquier cosa... Una palabra... Una aceituna... Cualquier cosa... Incluso-- por qué no-- una microfusión nuclear: un pequeño sol. Entonces me levanto y como mirando al tendido y brindando un toro, pego un taconazo y digo: "¡Bambino!" y dejo la palabra colgada en el aire. En ese momento mi amigo, que debió ver la palabra suspendida y brillando, desde la calle, entra en la casa y saluda.: "Buenas noches, señores...Me llevo al julai este". "Llévate la palabra que ha colgao tambien de la làmpara". Mi amigo--exferiante y con experiencia en estas lides-- le pide a la gitana una escoba. Entonces la señora decide que ya es suficiente, deja al niño con tranquilidad en el suelo y mostrándonos el vaivén vertical del dorso de su mano --como si caracolease-- se nos acerca lentamente mientras dice, con demasiada afectación, como si vendiera calcetines en el mercado: "¡Humo! ¡Humo!". Cuando salimos atropelladamente hacia la calle todavía alcanzo a escuchar como retiran la palabra: "Que Banbino ni que Bambina...".
En astronomía, para calcular la distancia a la que se encuentra una estrella, se mide la desviación hacia el rojo del espectro de su luz, de manera que cuanto más lejos se encuentre el cuerpo celeste más rojo se verá. El resplandor que nos llega de una estrella surgio de ella hace miles (millones) de años y su luz cuanto más vieja más roja se hace. La luz que envuelve nuestros recuerdos i nuestros sueños, tambien se ve afectada por esta refracción cromática; pero en este caso según su antigüedad en el tiempo o su distancia en el espacio -- ¿tendràn masa las ideas?-- este espectro se desvíarà hacia el amarillo; cuanto más viejo y lejano --¿ y pesado?-- más dorada nos parecerà su tonalidad. De la misma manera, todos los soportes que utilicemos para guardarlos delataràn su contenido con ese color: un libro, una foto, un CD. ¿Donde se guarda un sueño? Estudios recientes demuestran que si intentamos recordar nuestros sueños, de manera que estos persistan mucho tiempo en nuestra memoria, la cantidad de melanina del cerebro aumenta hasta hacer "amarillear" nuestra masa encefàlica. Clica para ver noticia De la misma manera, como todo el mundo sabe, que si cuentas estrellas te salen berrugas.
Hasta el metal más noble amarillea, si no fijémonos en el oro, con el tiempo adquiere el color del "oro viejo". La gente joven prefiere la plata, el oro hace de viejo; menos el oro blanco --es el oro de la gente jovial i fresca--¡Compro oro! se tiene que decir con voz de viejo avaro.. Las bodas de plata todavía queda alegre, las de oro te hacen pensar en los dientes y las de diamante ya huelen a carne macilenta; pero el amarillo de la muerte ya empieza a clarear...
El pollo amarillo, tambien se ve como una carne más sabrosa (por madura); el vino como el queso, adquieren tonos dorados cuando envejecen; el otoño; el Barón Dandy... El plàtano tiene mucho alimento para los niños, pero sobre todo para los viejos. Hasta la textura del amarillo leopardo hace de vieja, de vieja un tanto lasciva; la versión femenina del viejo verde debería ser la vieja amarilla. Viejo verde --que no deja de ser un príncipe azul que ha amarilleado--todos damos por hecho que es un término despectivo, pero...¿Y la vieja amarilla?.
Primero: ¿Existe la vieja amarilla? Sin duda. Pero debemos reconocer que es una figura, en términos sociológicos, relativamente nueva; acaba de aterrizar, y parece que bajo esas pieles de pantera esconde una pancarta reivindicativa. Al viejo verde no se le ocurriría abrir la boca, pero a la recién llegada se le permite pavonearse mostrando sus amarillas plumas.
Recuerdo ahora, una entrevista televisada que le hicieron a Federica Montseny, donde --un poco buscándole las cosquillas-- le preguntaban por la relaciones sexuales a su edad. La señora, que ya estaba a vuelta de todo, dió a entender la necesidad, por entonces, de desterrar tabues; pero como observación personal, (solo la hizo ante la insistencia casi burlona del entrevistador) dijo que ella no tenia una vida sexual activa por "cuestión de estètica".
Sexo y belleza en el otoño amarillo, donde los azules no caben sinó como tonalidades esmeraldas (¡cojones con las abuelas!). Desmedida tarea la de amarillas mujeres, que pretenden, hasta la extenuación, gozar de uno y no renunciar a la otra.
Me estaba comiendo un trozo de tarta de queso en el Viena, mi amigo mi pidio probarla. "¿Te gusta o què?" --le pregunté-- "Sabe a pies de vieja" --me respondió con cara de satisfacción.
Aquella tonalidad de azul turquesa debía estar de moda. La puerta de la calle, con una tremenda grieta que nos permitia meter el brazo y alcanzar la cerradura, y así ahorrarnos tener que llamar; la cocina, paredes y techo, donde quedaran estampadas las lentejas que mi ajetreada, impaciente y joven madre hiciera salir disparadas de la violada olla a presión... ; todo era del mismo color, menos la Mobylette. Tenía la moto un depòsito cromado y, quizàs por el contraste con él, el color anaranjado pàlido --tirando a marrón-- del chasis diera la impresión de ser de un mate con el que te pudieses lijar las uñas --esto lo pienso ahora, entonces no sabía que alguien pudiera hacerse la manicura.
La moto era el vehiculo familiar; en casa éramos solo cuatro. Las familias de hasta cinco podían usar tranquilamente la Vespa: dos niños en el pasillo (la Vespa tiene pasillo) con cuidado de no pisar el freno, la mujer detràs (con pañuelo a modo de casco) sentada lateralmente y con el tercer niño sentado en la falda --para que ponerse pantalón si podia sentarse lateralmente--, en medio y a los mandos --arropado por la agradecida prole-- se sentaba el "responsable" o cabeza de familia; como a la madre le solia quedar una mano libre --normalmente la izquierda si era diestra-- podía, facilmente cargar con una bolsa o pañuelo donde iban los utensilios para el pícnic --utilizo esta palabra para abreviar, no porque, ni mucho menos, sea la adecuada--; la mochila era un modernismo, que no acababa de cuajar y que, además, no estaba demasiado bien visto, quizas por el hecho de hacerle parecer a uno chepado, pero principalmente porque hacía de "flojo" usarla; otra cosa totalmente impensable era usarla llevando falda.
Otros, afortunados tambien, tenían una Derby Paleta con potaequipajes, éste no era otra cosa que una sofisticada mochila, normalmente de sobria piel negra, que se colocaba sobre el depósito; era de tamaño "folio" pero gruesa, de manera que permitia meter el desayuno y una "rebequilla". Todas estas "mochilas de depósito" tenian la particularidad de estar equipadas con un portafolios transparente, donde se solía poner (siempre) la foto a tamaño DINA-4 de una virgen (de las de procesión); el icono eclipsaba cualquier detalle estético que pudiere tener la Derby y, para mi gusto, su presencia era excesiva. No se entendía una Derby Paleta sin su virgen --ahora pienso que quizás se tratase de la patrona de los albañiles.
Un accesorio que tambien solian llevar muchas motos, sin estar relacionado con una marca en concreto, era el carro. El carro hacia de la moto un elemento de transporte muy versàtil. Se ataba, normalmente con una cuerda de rafia, a alguna parte solida del chasis --o a la matrícula o al guardabarros si éstos podían cosiderarse sólidos--. Estaba pensado para llevar mercancías, pero era igualmente útil para el transporte de ganado o niños --quizás aquí niños esté fuera de contexto--. Ahora recuerdo que el "Calvo con Melena" lo usaba para llevar la comida a los cerdos. Cuando el producto que se debía llevar era poco consistente, el carro se podía adaptar con cartones y plàsticos; lo que aumentaba claramente la versatilidad del vehiculo articulado.
Con la Mobylete no podíamos ir de pícnic, para ello utilizábamos el autobus de línea. La moto, principalmente, la
usaban mis padres para ir a trabajar y llevar a los niños al colegio. Luego, conforme se fueron endureciendo las normas de seguridad. Los niños tubieron que empezar a ir al colegio andando con el consiguiente riesgo que eso entrañaba. Sin ir más lejos: Yendo mi hermana y yo al colegio nos atropello --el golpe se lo llevó mi hermana, por ser la más lenta-- una Mobylette, conducida por una chica con coleta, en la bifurcación de la plaza Constitució que da a la calle Torres i Bages, donde ahora hay un paso de cebra. A mi hermana nunca le han gustado las motos; anteriormente a este suceso mi madre ya se había caido con la Mobylette (detrás del un autobus) llevándola a ella a Las Monjas; por entonces mi madre ya iba siempre "como un cohete". Mi padre llevaba la moto con más seguridad, no por su condición sexual, sino más bien porque no iba tan estresado y se podía recrear en la conducción. Mi made llevaba a mi hermana, sentada detrás y mi padre me llevaba a mi sentado delante --a veces llevando los mandos--, era lo clàsico.
Una mañana de invierno, llevándome mi padre en moto a la guardería, el frio viento me levanto la bata y pude verme los calzoncillos:
--Papa no llevo pantalones.
--¡Anda que tu madre! Ya se lo diré luego...
Aquella mañana me la pasé tirando de la corta bata lo que no evitó que algunos niños me vieran "las bragas" --según ellos--. Era el inconveniente que tenía la tradición en los niños de llevar durante todo el año pantalones cortos... Pero ese es otro tema... Ver moto del viejo
Bueno... Por donde empezamos hoy a hablar del timbre... En los pensamientos kafkianos, como en la misma historia de Sísifo, poco importa por donde comencemos. !Ala! ¡Voilà!: por aquí lo cojo... ¡Discépolo! Tiene nombre de escritor de la antigua grecia y queda fino.
Enrique Santos Díscépolo Deluchi. Llamado tambien Discepolín --haber llamado Platonín a Platón no habría sido una cagada mayor--. Este escritor, dramaturgo y cineasta bonaerense (de Buenos Aires) , archiconocido en Argentina, fue el creador del famoso tango Yira Yira. En este tango, escrito en 1929, ya encontramos referencias al timbre eléctrico: "Cuando estén secas las pilas de todos los timbres que vos apretàs...". Deben haber más canciones donde se haga alusión al timbre, pero yo creo que esta es la más antigua que se haya registrado.Imagino que entonces parecería una frivolidad utilizar términos tan modernos en una canción claramente dramàtica; podría haber utilizado "picaporte", que queda más clàsico; pero no, Buenos Aires, una ciudad moderna, ya conocía los timbres a pilas. Y... ¿No habría ningún timbre que no tuviese las pilas secas? Solo se me ocurre pensar que la mayoría de gente, por puro snobismo se compraba lo último en timbres y luego, despues de haber presumido , ya se olvidaban de su mantenimiento; "que llamen con la mano como se ha hecho siempre", pero tambien: "compra pilas para el timbre que hoy viene el gabión (novio en lunfardo) de la nena, que vea con quien està tratando...". Pero para ser honestos con Discèpolo hay que admitir que hace una bonita hipérbole: llamar a todos los timbres hasta secar todas sus pilas. Ya no se hacen letras así... No sé... "llamar a todos los mòviles hasta agotar todas las baterías" no sería interpretado por nadie como "pedir ayuda hasta la extenuación", sino más bien como un vulgar acto de sabotage informàtico.
"Utilicen las escaleras, en lugar del ascensor, que va bien para la salud" ."Utilicen el timbre, en lugar del mòbil, que va bien..." Bien, ¿para què? Pues no sé, como no sea para la nostalgia.
Una inocentada, que parecía ser muy desagradable, era cuando los niños apretaban el botón del timbre y salían corriendo. Una broma difícil de entender ya por entonces, que parecia poner de muy mal humor a los que eran objeto de élla. Por eso si yo la recibía alguna vez, tambien simulaba enrabiarme; sospecho que havia una complicidad con el único fin de mantener una tradición. Luego la broma evolucionó hasta llegar a introducir un palillo en el pulsador, de manera que estuviese sonando indefinidamente; esta última por su caracter beligerante se daba más entre vecinos ya adultos. Como vemos, los niños no eran siempre los autores de las bromas, aunque la altura donde antiguamente se situaban los pulsadores estubiese pensada para que ellos no pudiesen acceder; ahora recuerdo cómo para alcanzar el timbre de mi tia, debia enrollar el felpudo para poder subirme sobre él.
Cuando llamaban al timbre tenia un significado: alguien, posiblemente desconocido, requería la atención del que lo oía, pero principalmente de la madre del que lo oía. Las casas, llenas de niños, --¿y por què llenas de niños? se preguntará todavía algún despistado-- eran gobernadas por la madre (ama de casa) y la consigna era muy clara: "si vienen vendiendo: que no està tu madre"; "pero ¿como no va a estar tu madre, chiquillo? Os ha dejado solos...a la Policía va... abandono del hogar..." Sería una respuesta "sensata" hoy día. Tan clara era la consigna que --no sé si se darà en otras ciudades--, en Mollet hay un barrio que se llama "el Barrio sin Madre", debido a lo usada que era la frase; todavía el nombre desmoraliza a los vendedores ambulantes. Era tal la contundencia de la frase que aún hoy creo que sería lícito utilizarla, indiferentemente de la edad que uno tenga. "No està mi madre" debería tener un significado inapelable. Que hay reunión de vecinos "no està mi madre". Que le ha llegado una citación del juzgado, "no està mi madre". Que "truco o trato", "¡malditos yanquis!, no està mi madre", Que "esto parece una multa, firme aquí..." Uhumm... "no esta mi madre". Que "¿no tendrías una tacita de sal?"...No... Esto ya no pasa...
El timbre... La fàbrica de moneda y timbre; mirar si eran importantes los timbres, hoy ya casi en desuso. Pero a mi, como a Díscèpolo, siempre se me cruzan en momentos trascendentes. Por eso y cuando pienso que el momento lo merece, me hacerco a casa de un amigo al que hace tiempo que no veo y, sin avisarlo --no se trata de una broma que requiera de su complicidad--, me presento delante de su puerta a una hora intespestiva y, tomàndome mi tiempo toco con suavidad el pulsador, luego otra vez, dulcemente; y despues espero...Espero, serenamente, porque ya no procede hacer nada más...
Dessofreir es una palabra que no se entiende en Google, cuando la escribes en el buscador él mismo te corrige y te dice aquello de "quizas quiso decir sofreir". No, no... Dessofreir, lo vuelves a intentar. De nuevo el mismo mensaje... Lo vuelves a intentar, ahora ya con el propósito de despertar la conciencia, que todos nosotros sospechamos tiene Google; con el propósito de provocarlo, esperando una respuesta más lógica y humana como "ya te lo he dicho tres veces, ¿qué quieres que te diga?...". Hasta pretendemos "cabrearlo" hacerlo emerger de esa indiferencia, de esa parsimonia que tanto nos molesta en otros seres humanos. Incluso aceptaríamos (desearíamos) un insulto de su parte. Pero como no sucede así, decepcionados, nos vamos i lo intentamos en la RAE --siempre en internet, claro... Alguien se atrevería a preguntarle al vecino, así a palo seco "¿tu sabes dessofreir?"--con la ilusión de encontrar allí algo más de sensibilidad; normalmente los que trabajan ahí suelen ser escritores, poetas, gente más humana. Pues tampoco ahí encontramos una definición de dessofreir, pero es que tampoco de "descocinar". Sin embargo, en las sugerencias --sorprendentemente hechas con la misma frialdad que los de Google-- podemos encontrar la palabra "descocer"; entonces nos cuesta reprimir una pequeña mueca de jubilo:"¡hay picaruelos!" (lo que en andaluz sería: "hijosdeputa...").
Descocer, segun la RAE, significa, más o menos, digerir la comida. No està mal, no es lo que buscabamos, desde luego, pero "no està mal". Nos serviría si el termino se pudiese aplicar a los excrementos para volver a convertirlos en comida. Deseariamos, entonces, que descocer fuese todo lo contrario de lo que significa. esto es: desdigerir y hasta descocinar.Pero no es así. Esto solo puede ser así si hacemos la pequeña trampa, por ejemplo, de hacer pasar las cagarrutas de las ovejas por aceitunas negras. Así y, única y exclusivamente, gracias a un "requiebro" del lenguaje diríamos: "Mira, ya las hemos descocido". Pero pretendemos ser honestos y no caer en la picaresca, aunque para ello debamos inventar una palabra: "dessofreir".
No suele ser el estilo de este bloc, el de dar explicaciones del por qué hacemos o debamos hacer las cosas, pero el tema de hoy, por su evidente utilidad en la vida cotidiana pensamos que merece que seamos un poco pragmaticos, y no reparar en si podemos o no caer en la mundanidad. Por eso, a continuación haremos una pequeña descripción de algo tan práctico como "descocinar" (esta palabra no hemos creido necesario inventarla) un guiso de lentejas. Antes de empezar conviene aclarar que las lentejas están hechas sin chorizo ni morcilla (hasta un ateo diría ahora: gracias a Dios) y con poca grasa o aceite. Asimismo, están hechas con sofrito (No entraremos ahora, en el debate, clàsico, de si es necesario o no el sofrito) de una cebollita y un tomate. Al acabar el plato deberemos obtener por un lado las lentejas en su paquete, y por otro la cebolla, el tomate y el agua (aquí en este último proceso es donde utilizaríamos el término recien inventado y al que hace alusión el artículo).
--El primer paso puede parecer el más brusco, pero se debe hacer con decisión. Se trata de retirar la perola de lentejas de la mesa familiar. Esta operación debe pretender una desbandada total de la familia, de manera que el sujeto que va a hacer el plato se quede solo en casa. De otra manera las interferencias a base de reproches y llantos repercutiria claramente en la tarea.
--Una vez en la cocina y con la familia instalada en casa de los familiares (avisamos que este plato lleva tiempo) procederemos a colar la lentejas y, una vez coladas extenderlas sobre papel de diario. Reservar el caldo (muy importante pues es donde están todos los condimentos, la gracia vamos...)
Poner las lentejas a secar (se recomienda hacer este plato, como muy tarde a finales de verano). Las legumbres una vez secas ya se pueden meter en su bolsa (está en la bolsa amarilla porque es "envàs"). y guardarlas para el pròximo "recapte d'aliments". Las lentejas son ricas en hierro y proteinas.
--Para el proceso de dessofreir (con que propiedad utilizamos ahora este verbo) dejar el caldo que precipite durante unos dias (tapado). A continuación retiraremos el agua y la utilizaremos para regar nuestros cactus (una vez al año). Seguidamente,con una cucharilla, iremos cogiendo toda la esencia del guiso y poniéndola en el molde de la cebolla y en del tomate (indistintamente). Esta es, sin duda, la tarea más triste; podemos llorar (además se trata de hacer una cebolla) si el cuerpo nos lo pide,cosa nada improbable, pues estamos deshaciendo un guiso de cocción lenta. Cuando tengamos los moldes llenos, dejar pudrir hasta que den la impresion de un tomate y una cebolla podridos, seguidamente desechar (contenedor marrón).
La canción que presentamos no tiene ninguna relación con el tema tratado pero me parece adequada al momento...
Podemos encontrar todo tipo de manifestaciones artísticas, como canciones, poemas, narraciones pinturas... que tienen en la pena de muerte el origen de su inspiración. Cada cual puede hacer la interpretación que desee de estas obras; el libre albedrio les dará los más diversos sentidos. Sin embargo, estos sentimientos no se entenderían fuera de un contexto social e histórico determinado. Es evidente que el valor de la vida como el valor de la moral, ambos en conflicto en la pena de muerte, pueden tener tantas interpretaciones como personas tiene el mundo, pero està claro... ¡¡Para!! ¿Què tipo de bloc es este? ¿Es un bloc niechiano (poner la "z" donde vaya)? Si eso ni existe ¿Tienes mostacho tu?
La pena de muerte, vamos a ver... ¿Es buena o es mala?... Claro esto es lo que nos interesa... Para eso el tio del bigotón... Claro. Pero aquí no, "en mi casa no" (que diria un cuñado cabreado en nochebuena). Este bloc intenta reflexionar en modo K. Hoy, simplemente nos regocijaremos con la belleza de las imagenes. Ahora, como en una clase de relajación, nos olvidaremos del castigo, de la culpa, del perdón, de la redención (así no, no es bueno nombrarlos), bueno... de todas esas cosas que son "punzantes", hirientes. No..no... Reduciremos todas esas bellas imagenes a colores, o mejor aun, a tonos elementales, para así gozar de ellos, de esos tonos elementales. Como gozamos todos con los tonos elementales... ¿ Quien inventaría la tele en color? ¿ Y el sistema PAL?
Es, quizás, "En la colonia penitenciaria" (de Kafka) la más bella expresión de la pena capital, o reivindicamos el derecho a la vida; pero para ello, yo ya aviso, deberà entrar el tio del bigote con aquel tio de blanco que està al lado de Messi (y que es compatriota suyo). En este bloc no estamos para estos trotes...Aunque parece que K no està del todo de acuerdo.
-- Anda, salao... Sientate aquí conmigo que vamos a escuchar a tu tocayo... ¡Que se llama K tambien! Se pone mu serio, pero ni caso. Otra cosa...Tu tienes que salir más, no se...Que te de el aire...Tienes masmalacolorquelatoallaunafonda.
Antonio Machín me evoca a mi padre, de joven, afeitándose. De la misma manera que cuando paso con la bicicleta, exhausto de cansancio, por un paraje concreto de Montornes, me viene a la cabeza un espectàculo circense de enanos; sucede casi siempre, que antes de llegar a este punto pienso, mientras aumento la cadencia de las pedaladas, ahora viene la subidita de los enanos. Es como una sensación gustativa, como cuando un sabor, o un olor, te trae a la memoria una escena, una imagen u otra sensación que, por su recòndita ubicación en la memoria, casi siempre nos parece alejada en el tiempo. Todo esto, claro, son divagaciones. Yo tampoco tengo ni idea de como funciona el cerebro, o la pituitaria. Pero me da a mi en la nariz que esta sensación no es casual. Si no por què se me representan a mi los enanos, antes de la cuesta, como un gusto en la boca. ¿Se trata de una reacción quimica que ocurre en mi cerebro producto del cansancio?...No, no... ¿Y cuando escucho a Machín? Tambien entonces hay olores asociados, aunque la imagen de mi padre afeitàndose (de joven) quizas està más asociada a una textura, que no a un sabor; pero éste, sabor u olor, tambien està presente.
Quiero creer--no se si por una especie de absurda reveldia o por una intención de despellejamiento (lo siento pero esta es la palabra que debía poner) de la belleza o enaltecimiento del escepticismo-- que se trata del mismo mecanismo. La relación entre A. Machin y mi padre puede resultar estéticamente bella y moralmente humana, pero ¿què pintan los enanos en mi boca a la entrada de esa curva empinada y polvorienta? ¿Son producto del mismo mecanismo mental? ¿Simples resortes? (Me encanta la palabra "resorte").
Hace unos instantes, i como no podía ser de otra manera, he subido a la biblioteca a buscar la Nàusea (de Machín), quería ver el nombre del protagonista (Antoine Roquentin), podia haberlo buscado en Google pero queria ver el libro. Tiene las pàginas amarillentas, despues de 30 años es normal. Siempre solia poner la fecha en los libros que leia, pero en este, en un gesto infantil de emular al autor, puse en la primera pàgina "sin fecha". Lo he ojeado buscando la escena de cuando coge la piedra con los dedos y se percata de "su existencia". Intentaba buscar cuando, al mismo tiempo que cogia la piedra, Roquentin sentia en la boca su gusto terroso. Pero no... no he lo encontrado (voy a mirar de nuevo). Nada. Posiblemente sea fruto de mi imaginación o posiblemente se trate de un pasaje que no esté en el inicio de la novela, como yo creia. La cuestión es que durante muchos años he creido, y ahora no voy a dejar de hacerlo, que la pituitaria y el existencialismo estaban estrechamente ligados. Este hecho daria respuesta al misterio de porqué nace la consciencia de la propia existencia en el paso del mono al hombre, cuando no hay ningún factor de selección natural que influya. A la pregunta: ¿Por què existe esta consciencia si no es necesaria para la vida? La respuesta sería: Simplemente se trata de un efecto accidental de la piruitaria. He ahí toda la existencia. Y he ahí igualmente el porque del tamaño de mi nariz. Bueno... Ahora como siempre la canción. Hoy: "mi padre afeitándose" (con aquellas cuchillas antiguas). Se recomienda escucharla saboreando un caramelo de mentol.
Carlos Gardel murió de accidente de avión el año que nacio mi madre (el 44), habiendo grabado más de 500 canciones. Desde entonces se han grabado miles (¿millones?) de ellas, el tema principal de las cuales suele ser el amor, el desamor, la alegria, la pena, la lealtad, la traición... y poco más. Le preguntaron a una cantante de country americana, ya entrada en años, por què el tema de todas sus canciones era siempre el mismo: el amor. A lo que ella respondio resuelta: "no se puede cantar una canción a un plato de espaguetis". Lo que queda claro es que el tema no se escoge al azar, si no no tendríamos esa sensación de que la pasta en general está seriamente discriminada en el mundo de la lírica.
Ante el aluvión de mensajes musicales, concentrados en determinados temas, que inciden subliminalmente en cada uno de nosotros día tras dia, no sería de extrañar que nuestras personalidades y nuestras emociones se vieran más afectadas de lo que desearíamos. De esta manera en nuestro lenguaje cotidiano utilizamos, sin darnos cuenta, expresiones que fueron concevidas muchas veces unicamente para adornar una canción, y que si nos paramos un segundo a analizarlas nos damos cuenta de que no tienen más sentido que el de enlace (link) con la sensación agradable, o no, que nos pueda producir la canción a la cual pertenece; y a veces ni siquiera esto, sino que forma parte de la basurilla que va quedando entre nuestras neuronas, y que de tanto en tanto, caprichosamente, sale por nuestra boca.
Así, ayer mientras chateaba frenéticamente, saltó de mi boca , como una salpicadura de saliva que fue a parar sobre el teclado de mi Vaio, la frase en catalàn :"plora que plora pels racons" (traduc: llora que llora por los rincones). Inmediatamente mi reacción fue pensar: "¿esto què es?" --que seguramente tambien es el residuo de algun tema, pero no entraremos en ese bucle. Aquella frase, del tema de la Zarzamora (canción que popularizara Lola Flores) no encajaba en el contexto ni con calzador. Pero entonces comence a reflexionar (de eso trata principalmente este bloc) si existiría o pudiera llegar a existir un contexto donde utilizar la dichosa (¿bonita?) frase "llora que llora por los rincones" con cierta propiedad. Porque uno puede llorar en un rincón, de manera retraida, escondido o protegido ante el mundo. Pero lo de ir llorando por los rincones no pude sino ubicarlo dentro de un futuro inmediato, un futuro globalizado, donde las relaciones humanas serán cada vez más complejas, donde el capitalismo, que cada dia habrà que ir reinventando --como muy bien dijo Sarkozy, pretendiendo dar a entender que no hay otra alternativa económica-- de manera que habrá que dotar de "valor añadido" a nuestro trabajo; un futuro que no se entendería, porque no podría existir, sin la creación de nuevas necesidades y, porque no, hasta de nuevas emociones y nuevos sentimientos.
He aquí la conversación entre dos mujeres, en ese futuro immediato. Futuro donde la frase pronunciada por la visionaria Faraona tendría todo su sentido.
-Hola bon dia, ¿Sí?
-Buenos días soy Juana Peña.
-Juana Peña, de la agencia...
-La Zarzamora, "la Zarzamora ahora me llora"- dijo canturreando el eslogan
-Pase pase... Fue con usted con quien hablé por telefono?
-Sí, sí... Todo està bastante claro. Són 7 estancias por 4 ángulos. Àngulo arriba, àngulo abajo. Redondeamos a 30 ángulos, és tarifa plana.
-¿Ángulos?
-Sí... Los rincones... técnicamente... ¿le habían llorado a usted en casa, anteriormente?
-Bueno... Yo a veces, el niño sí, y mi marido una v...
-No, no... profesionalmente, quiero decir.
-No, eso no... Nos habían hablado mucho pero nunca nos habíamos decidido-dijo acabando la frase con una sonrisa de suficiencia.
-Bueno, pues ya verà que esto es muy sencillo...
-Pero..¿ Serà usted la que llorarà?
-Si, si, yo lo hago todo, es un servicio integral- dijo riendo con voz de falsete.
-Bueno pues le explico... Mire este es el comedor, aqui no hace falta que me pierda el tiempo mucho, aquí un pasavolante, sabe, me llora en los cuatro rincones, pero vamos...cuatro sollozos, pero rapiditos, sin làgrimas- la señora hablaba con mucha propiedad, lo que delataba su falta de recursos; me hace esto... me hace lo otro... me...me...
-Bueno...El llanto casi siempre es seco. El llanto humedo està más indicado para los aseos, el baño...
-Ah, pues no lo sabía...
-Lógico si es la primera vez que le lloran-- de nuevo la risa de falsete.
-Bueno...bueno -dijo con desconfianza-- Mi cuarto tiene cinco rincones, como tiene un pasillo... Pero habia pensado que este lloro de más que me lo cambiara por un lloro del baño. Así tambien mejor para usted, no tiene que subirse en la bañera...
-Sí. No hay problema...
-Luego está el cuarto del niño... Aquí si que quiero que me haga un buen berrinche ¿eh?, con pataleta... Como verà le he retirado el armario y la alfombra.
-¿Quiere usted que me tire del pelo? Luego ya lo recojo yo...
-Ah... ¿Del pelo?..Pues sí...No sabía...
-Sí, se pide mucho. Es pelo falso claro...
-¡Ah, vaya!- dijo mostrando abiertamente su decepción.
-Bueno... Y por último la cocina. Aquí aparte de los cuatro rincones quiero tambien que me llore los fogones...
-No, no... Eso si que no entra... La gente lo suele pedir mucho pero esto nosotros no lo tocamos. No lo podemos tocar todo... Quien mucho abarca poco aprieta.
-Pero haga usted el favor, que le cuesta, si mire lo limpitos que están, si es que estàn pidiendo llanto...Si es que lo estàn pidiendo...Ande y llóremelos un poco...
-No, aqui no transigimos....A ver el horno... ¿Es de gas?
-No se, es pirolítico de esos...
-Bien pues le puedo hacer un arreglillo... Mire... Meto la cabeza en el horno y le hago un par de pucheros...